La Laguna de San Vicente casi sin agua en una sequía histórica
En la actualidad, alrededor de la mitad de las 30 hectáreas de superficie de la laguna de San Vicente no contienen más agua, afecta a la actividad turística y a la producción agropecuaria.
La sequía de los últimos meses, además de afectar a la producción agropecuaria, sobre cuyos daños los periodistas especializados redactaron miles de caracteres, los sistemas lacustres bonaerenses también fueron castigados por el fenómeno climático.
Lo cierto es que espejos de agua como los Chascomús, Saladillo, Navarro, Monte, Lobos, 25 de Mayo, Junín, Las Flores, Roque Pérez, Bragado y Villa Cañás, entre otros, perdieron su brillo y hasta dejaron de ser, al menos por ahora, una alternativa para el miniturismo, con todo lo que trae aparejado.
La combinación de factores como el calor y la falta de precipitaciones que afecta al territorio bonaerense desde el invierno pasado, generó una sequía histórica que afectó al espejo de agua de San Vicente en la mitad de su superficie, al tiempo que castiga también a las lagunas de Chascomús, Saladillo, Navarro, Monte y Lobos.
Por la continuidad del fenómeno de La Niña, que provoca extensos periodos sin lluvia, los espejos de agua bonaerenses registran una importante bajante y para los habitantes de San Vicente, el efecto es solo comparable con la situación de 2008 cuando la sequía de la laguna fue total durante alrededor de ocho meses.
En la actualidad, alrededor de la mitad de las 30 hectáreas de superficie de la laguna de San Vicente no contienen más agua, afecta a la actividad turística y a la producción agropecuaria.
Así las cosas, la zona ya fue declarada bajo emergencia y/o desastre agropecuario por las pérdidas que padece el sector rural, mientras que los domicilios particulares sufren el impacto debido a la baja de las napas, a la vez que los riesgos de incendios en los campos progresan en forma geométrica.
La situación de la Laguna se replica en los arroyos de San Vicente que están completamente secos al igual que muchos de los espejos de agua artificiales de los barrios cerrados.
Hoy es común ver a los vecinos caminar por zonas que hasta hace unos meses estaban sumergidos bajo metros de agua.
Lo mismo ocurre en otras lagunas: El fenómeno de La Niña también asola otros espejos de agua de la región como las de Lobos y Chascomús. La de Navarro está completamente seca, en tanto que la de de Monte está al menos un metro por debajo de su nivel normal.
En ese sentido, Chascomús registra una bajante con sectores que no registran siquiera una gota de agua, una situación que se repite en su conectada, la laguna Vitel, donde sólo quedo tierra a la vista.
Los reportes hablan de “desastre ecológico” en tanto que los expertos anticipan que “el agua va a volver, pero la fauna y la vegetación va a tardar” en regresar a la normalidad tal como en la laguna Indio Muerto de Saladillo y otros sistemas lacustres de Junín, 25 de Mayo, Roque Pérez, Bragado, Las Flores y Villa Cañas, entre otras.
Según estudios de técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) “se prevé el fin del fenómeno de La Niña para febrero” por lo que las precipitaciones ayudarían a recomponer el escenario en el que actualmente apenas llueven 500 milímetros de los algo más de mil que se precipitan anualmente. (VW)
AR/EB