El impacto de la sequía representa casi el 2% del PBI de Argentina
La falta de lluvias afecta al 50% de las provincias argentinas que en números representan entre el 50 y el 55% de las áreas cultivables, así lo confirmaron los dirigentes de la Comisión de Enlace.
Mientras los pronosticadores generan esperanza en los productores a partir del anuncios de lluvias en las próximas horas, desde el Gobierno ensayan diversas alternativas para paliar el impacto de tres años continuos de sequía por el efecto «Niña».
Mientras tanto, la Comisión de Enlace de Entidades Rurales (CEER), una organización multisectorial formada por la Sociedad Rural Argentina; Confederaciones Rurales Argentinas; CONINAGRO (Cooperativistas) y la Federación Agraria Argentina, fue creada en 2008.
El objetivo de la agrupación de dirigentes fue defender al campo frente al embate del oficialismo de esa época que pretendía aplicar retenciones móviles a las exportaciones de granos y sus derivados, hoy se debate entre reunión y reunión pidiendo la emergencia agropecuaria nacional.
En tanto, los números conocidos en los últimos días son para el horror, porque solo en trigo se perdió entre el 50 y el 55% de la producción por la regular o mala condición del cereal y una estimación que no superaría los 12,5 M de tn.
Cómo consecuencia de la seca, sustantivo que se suele usar en el campo, las estimaciones oficiales hablan de pérdidas equivalentes al 1,8% del Producto Interno Bruto (PIB), con lo que se pone en riesgo el superávit comercial de Argentina, además de las pérdidas en el ingreso de divisas para el estado nacional.
Exportaciones
Solo en exportaciones de productos agroindustriales se espera una disminución de U$S 14.100 millones; una merma en la producción equivalente al 1,8% del PBI y un perjuicio para el Estado de cerca de U$S 5000 millones en concepto de menores ingresos por retenciones y otros impuestos.
La falta de lluvias afecta al 50% de las provincias argentinas que en números representan entre el 50 y el 55% de las áreas cultivables, así lo confirmaron los dirigentes de la CE, en una conferencia de prensa que ofrecieron en la puerta de la sede porteña de la Federación Agraria Argetnina.
El encuentro de los ruralista se produjo para preparar un documento que se le entregó este viernes al ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, que permanecía reunido este mediodía con funcionarios del Banco de la Nación, la AFIP, el Banco Central y, además el Secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, y funcionarios de la cartera nacional.
El impacto de la sequía dejo su huella más profunda en la producción de trigo y cebada, que quedaron con rindes por debajo de lo esperado y también en las previsiones para la soja, el maíz y el girasol, ya que en muchos lugares la siembra debió ser suspendida por la falta de humedad necesaria en el perfil del suelo.
Los memoriosos, coinciden con los analistas al asegurar que, se trata de la sequía más intensa de los últimos 60 años y de eso dio cuenta el presidente de CRA, Jorge Chemes, quien aseguró a este periodista: «Con 66 años y no tengo memoria de haber vivido un episodio como este», como una forma de reflejar el impaxctroi de la sequía.
El prolongamiento del efecto La Niña, que se repite por tercera campaña consecutiva, agravo aún más «la situación dificultando el proceso de siembra, el desarrollo de los cultivos junto al área apta para cosechar, provocando la caída en los rendimientos potenciales”, explicó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en su informe de esta semana.
Números que hablan
El informe de la Bolsa asegura que sí se toman en cuenta los principales cultivos (trigo, cebada, soja, maíz y girasol), el producto bruto agroindustrial se reduciría de los U$S 53.100 millones de 2021/22 a U$S 42.100 millones, en el escenario menos pesimista, y a U$S 37.400 millones, en el más desfavorable.
Las exportaciones se reducirían, además, de U$S 43.300 millones de la campaña anterior a U$S 34.100 millones, si la situación no se agrava, o a U$S 29.200 millones, si no hay precipitaciones en el corto plazo.
“De cumplirse la disminución en los niveles de producción y encontrarse una tendencia bajista de los precios internacionales, las consecuencias a nivel microeconómico y macroeconómico se agravarán, por la participación que tiene el sector agroindustrial en el agregado de la economía argentina”, insistió la Bolsa de Cereales porteña. En su mirada, la caída en la producción equivale a entre 1,1% y 1,8% del PBI.
Por su parte la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) coincide en pintar un cuadro dramático. “La situación empeorao. Esta es la última semana para revertir la situación de la soja de primera que está en estado regular”, señala el informe de esa Entidad sobre lo que sucede en la región núcleo, las zonas más productivas de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
En esta última provincia, la cantidad de precipitaciones apenas fue la sexta parte de lo habitual. «No hay experiencia de manejo astronómico capaz de soportar esa situación», precisó la Bolsa de Cereales entrerriana, que la calificó al fenómeno como un «tremendo hostigamiento del clima».
Desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), también encendieron las luces de alarma y advirtieron que “Puede haber productores que este año no cosechen nada. Los quebrantos económicos serán muy grandes”, aseguran al alertar sobre las consecuencias sobre el entramado social y económico de la región.
El otro fantasma de la sequía que no se ve es el de la ganadería, actividad en la que se producen visibles efectos, por la mortandad de animales debido a la falta de agua y de pasturas para alimentarlos. A ello se deberá sumar también las consecuencias biológicas porque el estado corporal de las vacas no es el mejor a la hora de destetar a los teneros.
Para el gobierno, los números también son preocupantes. Las menores exportaciones amenazan el superávit comercial, estimado en U$S 12.300 millones, según consigna el Presupuesto 2023.
También afectarían la disponibilidad de divisas: en los últimos 12 meses, el 77% de las liquidaciones en el mercado oficial provinieron del sector agroindustrial.
En el plano fiscal la BCBA estima que habrá una baja de entre U$S 3100 millones y U$S 4700 millones, motivada principalmente por los menores derechos de exportación a cobrar y que no ingresarán a las arcas del tesoro nacional (VW).