El Arzobispo de Buenos Aires, García Cuerva pidió «acompañar el esfuerzo de la gente»
Lo hizo durante el Te Deum en conmemoración del 214º Aniversario de la Revolución de Mayo al recibir al presidente de la Nación, Javier Milei. El prelado criticó los auto aumentos de legisladores y pidió por los jubilados y los que menos ttienen.
En el tradicional Tedeum que se realizo esta mañana, en conmemoración a la Revolución de Mayo, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, pidió en su homilía, frente al Presidente Javier Milei, salir de la “parálisis» que impide “ser solidarios con los que menos tienen”.
El primer mandatario llegó acompañado a la catedral metropolitana por la vicepresidenta, Victoria Villarruel, su hermana Karina Milei y todo el gabinete nacional.
«Hoy nos ponemos delante de Dios como nación y le pedimos que nos cure, porque parecemos tener las manos paralizadas para el encuentro que construye fraternidad, las manos paralizadas para abrazar a los heridos por la soledad y la tristeza, las manos paralizadas para ser solidarios con los que menos tienen. Y le pedimos a Dios que nos preserve de las manos manchadas de sangre por el narcotráfico, de las manos sucias de la corrupción y la coima, de las manos en el bolsillo del egoísmo y la indiferencia», sostuvo el cardenal primado de la Argentina.
El purpurado, antes de comenzar su homilía aclaró que sus palabras pueden ser tomadas en forma aislada y hasta pueden ser irientes, luego de leer el Evangelio de Sanmarcos en el que recuerda Jesús en el templo, parado junto a un hombre que tenía una mano paralizada
“Sabemos que hay parálisis que no se pueden procrastinar, su postergación en nombre de un futuro prometedor generarían consecuencias nefastas por irreversibles en la vida de las personas y por lo tanto de toda la sociedad”, dijo García Cuerva.
Subrayó que la gente «está haciendo un esfuerzo muy grande» y remarcó que la dirigencia debe «acompañar con hecho y no sólo con palabras». Señaló que la mirada de Jesús «alerta sobre la insensibilidad con los más desprotegidos, reclama mayor compromiso y cercanía con los que sufren».
Entre los “ejemplos impostergables” el arzobispo enumeró: «la malnutrición en la primera infancia, la falta de escolarización y accesibilidad a los servicios de salud, los ancianos y jubilados incapaces de sostenerse diariamente con un mínimo de dignidad».
García Cuerva, pidió también «eliminar la doble vara» a la hora de juzgar a la política y remarcó: «No es lo mismo unirse que confabular; no es lo mismo fraternizar y forjar la cultura del acuerdo que ser cómplice del mal con el sólo ánimo de destruir al otro, de pensar estrategias para que al otro le vaya mal, creyendo que cuanto peor, mejor».
Ante el presidente y todo el gabinete nacional, el arzobispo también pidió que Dios preserve a la Argentina de “de las manos manchadas de sangre por el narcotráfico, de las manos sucias de la corrupción y de la coima, de las manos en el bolsillo del egoísmo y de la indiferencia”(VW).